- Ser persona es poseer un alma espiritual
- Ser persona es ser libre
- Ser persona es ser relacional
- Ser persona es ser abierto al absoluto
¿Qué significa ser
persona?
El hombre ha estado desde siempre embarcado
en la tarea de la búsqueda de la verdad sobre sí mismo, y paulatinamente ha ido aproximándose a la idea
de persona. El filósofo latino Boecio, en el siglo V, fue quien, en el marco de
estas reflexiones trinitarias y cristológicas, definió a la persona como
"sustancia individual de naturaleza racional", lo que vendría a
significar que la persona es un ser concreto, que existe en sí mismo y posee
por lo tanto un ser propio, individual, incomunicable, caracterizado por la
posesión de facultades cognoscitivas y afectivas de nivel espiritual.
La
definición dada por Beocio, tomada como base por la
tradición de pensamiento clásico,
ha sido completada por santo Tomás de Aquino, quedando de la siguiente manera: ‘Todo
ser subsistente en una naturaleza
racional o intelectual’. Así resulta aplicable no sólo
a la persona humana sino también, en virtud de analogía
a las personas angélicas y divinas.
Ser
persona es poseer un alma espiritual
La fe
católica nos enseña que el alma
humana es espiritual, que
no tiene materia, y por lo tanto no se corrompe, es inmortal. Claramente no
podremos demostrarlo experimentalmente, puesto que como es espiritual no se
puede conocer por los sentidos, pero sí podremos hacerlo
filosóficamente, con una demostración a posteriori, es decir, que vaya de
lo posterior a lo anterior, del efecto a la causa, en este caso de la propiedad
a la esencia pues, como afirma el adagio latino, del ser se sigue el obrar.
El ser humano tiene la facultad de realizar
ciertas operaciones que no suponen materia en su constitución, lo que demuestra
que hay en su naturaleza un principio inmaterial, del que procede esa acción. Por
medio del pensamiento conceptual se verifica la espiritualidad del alma.
Nuestra alma posee dos potencias: La
inteligencia y La voluntad. La inteligencia permite conocer la verdad,
adecuarnos a la realidad y llegar a conocer la esencia de las cosas. La
voluntad que es la que sigue al acto del conocimiento, su objeto es el bien,
captado previamente por la inteligencia, y su operación propia es el querer. La
voluntad necesariamente tiende hacia algo que se juzga como bueno y no puede
elegir el mal en sí mismo. Solo podemos elegir el cómo ser felices, podemos optar por los medios que consideramos
que nos llevarían a la felicidad, pero no podemos ‘no querer ser felices’.
Ser persona es ser libre
La libertad es una de las características centrales de la persona humana: no
somos solamente algo ya dado, con una esencia determinada, sino que además somos un alguien que va formándose a sí mismo. Somos actores, protagonistas, de
nuestra propia existencia, y por eso responsables de nosotros
mismos, y también de los demás, de nuestro prójimo. Si bien no podemos cambiar nuestra naturaleza, que nos viene
dada, sí tenemos libertad en el plano del obrar: en este sentido nos autorealizamos
y ayudamos o no al perfeccionamiento del resto de la
humanidad.
Para que sea una libertad real y efectiva
para nuestro progreso, debe estar necesariamente basada en la verdad y la
caridad, pues es la única manera de lograr un desarrollo integral
de todo el ser humano y de todos los seres humanos (Cf. CV 18).
Este desarrollo de una vida verdaderamente
humana, que “impulsa la fuerza moral y espiritual indispensable para
comprometerse con el desarrollo integral humano”, no es una acción puramente
paternalista, sino que respeta la dignidad de la persona, en la que ve una
sujeto capaz de dar algo a los otros (cf. 57).
Ser persona es ser relacional
Nuestra
personalidad se desarrolla en un contexto histórico, cultural y social determinado. Desde el
comienzo de nuestra existencia nos encontramos marcados por la sociedad,
involucrados en ella: de hecho, somos el
fruto de la unión de dos
personas, y constantemente nos encontramos en algún tipo de grupo social. Esto no es algo que
viene desde afuera a nuestra constitución como personas
humanas, sino que la sociabilidad forma parte de nuestra misma naturaleza. Estamos hechos para desarrollarnos en comunidad,
para convivir y encontrar en ello los medios para satisfacer nuestras
necesidades materiales y espirituales. No podemos pretender alcanzar un
desarrollo integral humano sin la única comunidad
de la familia humana, que se
construye en la solidaridad sobre la base de los valores fundamentales de la
justicia y la paz. CV 54.
el desarrollo
integral supone una concepción del hombre que lo respete en su dignidad
personal y deje notar cuan indispensable en la cooperacion social.
Ser persona es ser abierto al absoluto
La fuente
del amor y la verdad que deben fundamental las relaciones entre los hombres y
los pueblos no puede ser otra más que Dios
mismo, que es el Amor y la Verdad subsistente. CV 52. El ser humano se desarrolla
cuando crece espiritualmente, cuando su alma se conoce a sí misma y la verdad que Dios ha
impreso germinalmente en ella, cuando dialoga consigo mismo y con su Creador. Lejos de Dios el
hombre está inquieto y
se hace frágil. La
alienación social y
psicológica, y las
numerosas neurosis que caracterizan las sociedades opulentas, remiten también a este tipo de causas
espirituales. CV 76.
El trato
relacional y comunitario con el Senor, nos posibilita a alcanzar una vida
terrena mas ‘divina’ y por lo tanto una vida mas digna del hombre (Cf. CV 79).
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